Ya que estamos en la fecha del Día de los Muertos aquí te presentamos algunas historias que seguramente no sabias sobre Muertes Irónicas:
Esquilo fue uno de los dramaturgos más icónicos de la Antigua Grecia, de hecho, se lo suele considerar como uno de los precursores más importantes de la tragedia griega. Escribió más de 80 obras literarias de gran valor en las que, entre otras tantas cosas, se hablaba sobre el sufrimiento humano y la falta de intervención divina en el destino del hombre. No obstante, Esquilo recibió una predicción sobre su muerte por parte del oráculo, en la que se anunciaba que moriría aplastado y para este caso, sí que lo tomo en serio. Tanto fue así, que poco tiempo después viajó lejos de la polis para estar más seguro, pero en el campo, un ave de rapiña (Gypaetus barbatus) caracterizada por lanzar sus presas desde lo alto hacia el suelo para así poder alimentarse mejor, lanzó una tortuga justo en el lugar en el que Esquilo estaba pasando, cayendo sobre su cráneo desde una enorme altura.
Después de la guerra civil norteamericana, el controvertido político Clement Vallandigham, de Ohio, se transformó en un exitoso abogado que rara vez perdía un caso. En 1871 defendió a Thomas McGehan, acusado de disparar contra un tal Tom Myers durante una disputa en un bar. La defensa de Vallandigham se basaba en que Myers se había disparado a sí mismo al empuñar su pistola cuando estaba arrodillado. Para convencer al jurado, Vallandigham decidió demostrar su teoría. Desafortunadamente, utilizó por error una pistola cargada y terminó disparándose a sí mismo. Con su muerte, Vallandigham demostró la teoría del disparo accidental y consiguió exonerar a su cliente.
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